Incluso una leyenda, puede fracasar

Todos sabemos que Michael Jordan es uno de los mejores basquetbolistas de la historia, con logros como, ser 6 veces campeón de la NBA, 6 veces MVP de las finales, 14 veces All-Star, obtener 2 medallas de oro olímpicas, ser nombrado el deportista del Año en 1991, Miembro del “Basketball Hall of Fame” y la lista de premios, logros y récords continúa...

Es imposible negar las habilidades y competencias de este jugador. Sin embargo, pese a ser todo un atleta, en 1993 cuando anunció su primer retirada e incursionó en el béisbol, no pudo mantener el mismo nivel de excelencia; ni siquiera el mínimo para poder permanecer en un equipo de las Ligas Mayores.

Claramente, tener un talento inmenso para el básquet, y las mejores condiciones atléticas, no significa que pueda trasladarlas de modo directo a otras áreas deportivas. Por ello, al momento de seleccionar un colaborador para tu organización es importante evaluar no sólo las habilidades y el desempeño actual/previo de la persona, sino también, qué rol va a desempeñar, cuáles son las características organizacionales que acompañan (entorno) y cuánto es el modo en que sus talentos y aptitudes pueden conjugarse con la empresa y el resto del equipo para obtener los resultados deseados. Si no evaluamos todo este conjunto de variables es posible que hasta el perfil "más brillante" del mercado fracase.

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