En el ámbito empresarial de los Recursos Humanos juega un papel fundamental el análisis del desempeño de los empleados en pos de lograr un equilibrio entre los objetivos de la empresa y los de los colaboradores.

La evaluación de desempeño es uno de los métodos usados por las empresas para obtener información básica sobre la organización y sobre los cambios que son necesarios implantar para lograr productividad y trabajadores más motivados.

 

En los últimos años, sin embargo, las tendencias se han ido modificando y actualmente hablamos de gestión del desempeño, debido a que su principal característica consiste en evolucionar hacia un enfoque que analice y dé importancia al rendimiento de las personas y no a la forma de medirlo, en contraposición con la evaluación. 

 

La gestión de desempeño es un sistema de estimación cuantitativa y cualitativa sobre el grado de eficacia de los trabajadores en el que se estima su desempeño general. Puede ser vista como un proceso de articulación de los objetivos organizativos e individuales puesto al servicio de la estrategia de la organización.

 

Cuando hablamos de alinear los objetivos individuales con los organizacionales nos referimos a que los objetivos personales o rendimiento del individuo están íntimamente relacionados con los de otros departamentos y con los generales de la empresa. De este modo, los empleados entienden que están al servicio de un proyecto más grande y que su esfuerzo está relacionado con la estrategia global de la compañía.

 

Las metas que se pretenden conseguir con una gestión del desempeño no sólo son la alineación de los objetivos individuales y organizacionales, sino también la detección de necesidades, la promoción de la comunicación interna, la base para el diseño de planes para la retención de talentos, los planes de carrera, entre otros.

 

La Gestión de Desempeño podrá orientarse a competencias, objetivos o ambos a la vez. Se pueden medir tanto los resultados (rendimiento económico), que son el producto del trabajo; output, ventas, piezas, cuenta de explotación, etc., como el desempeño (proceso) que se vincula con todo aquello a través de lo que se consiguen los resultados; rasgos, conductas y competencias.  

No obstante, si hablamos de gestión, una de las fases más importantes es el seguimiento. En dicho momento, se analizan las tareas que el empleado ha llevado a cabo, su progresión y posible mejora del trabajo. Para que triunfe, esta tarea ha de ser constante y minuciosa ya que habrá que tener en cuenta la evolución de cada periodo de tiempo.

Hoy se sabe que los talentos son el capital más importante de una compañía. Sin embargo, a menudo, las evaluaciones y los sistemas de gestión de desempeño son considerados una pérdida de tiempo y un trabajo "extra".

Para liderar un equipo es esencial comprender su estructura, esto es, conocer las habilidades, los progresos y las potencialidades. Es por esto que gestionar el desempeño adquiere mayor importancia, en la medida que las empresas crecen y se vuelven más dinámicas, ya que trae consigo varios aspectos que hacen a la mejora continua dentro de las organizaciones.